Morelia, Michoacán, a 02 de diciembre del 2020.- “Me conmovía el corazón y lo perdonaba, hasta que perdí mi tranquilidad y autoestima”, dice “Gabriela”, tras 20 años de normalizar la violencia que ejercía sobre ella su pareja sentimental: “yo era una mujer infeliz”, reconoce.
“Es mucho mejor dar ese paso, aunque uno se sienta segura económicamente; sí se puede, es complicado, pero imposible no”, dice a unos días de concluir sus terapias psicológicas recibidas por personal de la Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres (Seimujer) en Michoacán.
La ansiedad comenzó a ser parte de su día a día, misma que le provocó cansancio y que su autoestima se perdiera.
“Él siempre cometía infidelidades, yo me la pasaba enferma, muy triste y eso repercutió en uno de mis hijos, quien me pedía una vida tranquila, aunque no fuera al lado de su papá», refiere.
“Estoy echándole ganas, no es tan fácil porque tiene uno la responsabilidad de los hijos; sin embargo, prefiere uno vivir, aunque sea con privaciones, pero con la autoestima aún mucho mejor”, comparte “Gabriela” al invitar a más mujeres a armarse de valor y no dejarse caer.
Ahora está convencida que su mejor decisión fue aceptar el consejo de una amiga sobre dar ese grito de auxilio, pues “es peor seguir viviendo el mismo infierno”.
Por ella misma, por sus hijos y para dar cuenta que una vida libre de violencia es posible es que dio ese paso.