Las galaxias son grandes conglomerados de estrellas, gas y polvo cósmico. Un ejemplo es la Vía Láctea, a la que pertenece el Sol. Se estima que en el centro de cada galaxia existe un agujero negro supermasivo cuyo campo gravitatorio afecta sólo a una pequeña región en torno al centro galáctico.
Sin embargo, estos agujeros negros expulsan grandes cantidades de radiación y materia que afectan a buena parte de la galaxia anfitriona, calentando el gas interestelar y regulando la formación de estrellas. Esta energía es expulsada principalmente en la dirección del eje menor de la galaxia anfitriona, pues es en donde obtiene menor resistencia.
El nuevo estudio, liderado por el Dr. Ignacio Martín-Navarro, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias, fue publicado recientemente en la revista Nature. Combina observaciones y simulaciones por computadora para estudiar cómo afectan los agujeros negros supermasivos a las galaxias satélites que están a su alrededor, a distancias todavía mayores.