Por: Martha Elba Torres Martínez
Así como en su momento al único de la y los aspirantes presidenciales de su partido que metía en bretes era Ricardo Monreal, ahora lo hace con Marcelo. Hasta parece ardid para descarrilarlo como lo hizo con el zacatecano. Ya es inocultable: AMLO tiene sus favoritos, Claudia y el emergente “hermano” Adán.
¿Qué harán Monreal y Ebrard?
Porfirio Muñoz Ledo les puso en las narices la salida: formar una corriente democrática en Morena, como él y Cuauhtémoc Cárdenas lo hicieron en el PRI en 1987. “Y en su caso, un frente democrático nacional aliado a otros partidos. Siguiendo de ´corcholatas´ solo se degradan”, tuiteó anteayer con esa lucidez excepcional, el izquierdista. Porque, efectivamente, la historia se está repitiendo. AMLO y Morena son el rostro el mismo rostro de ese PRI espeluznante. Y para nada es mala idea, por el contrario; que los vilipendien, les digan traidores y los corran, porque los hacen víctimas del autoritarismo y antidemocracia.
Ricardo Monreal pagó muy caro -a sobreprecio- su reingreso a Palacio Nacional luego de dos años de ley de hielo. Que le ayudó, pues su abanderamiento del Estado de Derecho y reconciliación nacional le sumó simpatías de la sociedad organizada e incluso propuestas para el 2024 de partidos de oposición ante las asonadas de su propia bancada. Le soltaron a la tigresa de Campeche y ¿qué pasó? Hasta su amigo el senador Cristóbal Arias lo abandonó y no mueve un dedo para promocionarlo en Michoacán, a diferencia de la senadora Blanca Piña que multiplica los comités de apoyo a Marcelo. En marzo, sumo la corriente magisterial del profesor Juan Pérez Medina y buena parte de la dirigencia estatal “legítima” que encabeza Ana Lilia Guillén.
Bueno sería que mi favorito de Morena deje de pasarse de bueno, porque ya es oficial y públicamente reconocido por el propio Adán Augusto López, que le chingaron en 2017 la candidatura a la gubernatura de la Ciudad de México para beneficiar a la Sheinbaum. ¿Por qué lo soltó hasta ahora en esa entrevista con Milenio el titular de Segob? Porque ya sabe hacia quien se cargará la encuesta de Mario Delgado.
Al canciller, el Presidente parece meterle freno con tantas chismolerías en temas electorales y de política interior de otros países, pero no hay evento donde se pare y no hable de la candidatura. “Voy ganando la carrera, ¿para qué renuncia (Claudia, a la jefatura de gobierno de CDMX)?”…
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Porque en plena crisis humanitaria en las fronteras norte y sur del país por los migrantes, el Presidente de México le reprocha a Estados Unidos su dura política en la materia, cuando hace lo mismo y los deja a merced del crimen organizado. Le responden y se ofende: ni un voto a los republicanos, menos al gobernador de Florida, Ron DeSantis, aspirante presidencial del partido del elefante, porque le dijo lo que todo mundo sabe: “trae un desastre en las manos por el control de los cárteles en México”.
Se mete a Guatemala donde hay elecciones presidenciales el 25 junio. Se le ocurrió pedir indulto para el ex guerrillero César Montés y ahora sí darle asilo en México. Le respondió la candidata conservadora Zury Ríos: “César Montes es un asesino convicto, que ejecutó vilmente a tres de nuestros valientes soldados. Su intervención buscando clemencia para este criminal es un insulto para los guatemaltecos que anhelamos la paz. En Guatemala deciden los guatemaltecos y no habrá abrazos para los delincuentes”.
Pobre, la guatemalteca fue «muy agresiva», cuando lo único que quería era ayudar al ex guerrillero porque “esta viejo y muy enfermo”.
Recomendable el artículo de Maite Azuela de ayer, en el Universal, que desnuda el hecho de que Montés esta preso y cumpliendo condena de 175 años en su país, por culpa de su protegido Francisco Garduño, titular de Inmigración, que lo deportó cuando desde 2019 se había refugiado en México.
No les digo, todo lo hacen con las patas y salen con que es “linchamiento político” y ataques al gobierno de la “transformación”.
